El pensamiento mas profundo

martes, 3 de mayo de 2016

Hacía un sol radiante...


Hacía un sol radiante, una mañana espléndida, y tu mirada desprendía ese buen clima. Mirarte esa mañana era un presagio del magnifico día que se avecinaba. Estaba ansiosa por saborear cada hora, relamerme tras cada minuto consumido, y los segundos iban a ser mi mejor postre.

La suave brisa me regalo tu aroma, esa fragancia que contamina todos mis sentidos pero que se desvanece cuando estoy apunto del éxtasis. Ese dulce perfume que consigue colarse en mi ropa con un simple abrazo, ese abrazo que me aísla del mundo real.

La improvisación era mi arma estrella. Sorprenderte con un "Te quiero" para después regalarte un dulce beso, suave.Un simple roce para que notaras la electricidad que se producen entre nuestros cuerpos. Una corriente fugaz que recorre cada uno de nuestros músculos, que consigue erizarnos el bello y hace estremecernos de pasión. Ese es el poder que tengo sobre ti.
 Mi único propósito es que me tengas ganas. Que tengas ganas de acariciar mi mejilla, deslizar tus dedos por mi pelo y con un movimiento audaz me atrapes por la cintura para atraerme hacia ti y plantarme un beso apasionado calmando tus ansias por mis labios.

Aunque tu no te conformas con eso, y soy consciente de ello. Soy conocedora de que durante el atardecer un beso de ese calibre no será suficiente para calmar esas ansias. Lo que no sabes es que esa es mi parte favorita del día. Ya lo sabía desde que ví el primer rayo de sol asomando por la ventana, y ahora que la luz es tenue, confirmo mis sospechas. Sé que vas a mover el escenario a tu cama, y que la obra sólo consta de dos protagonistas. Sé que las caricias ya no serán suaves, sino que serán firmes y conscientes de lo que palpan. Y sé que el choque entre nuestros cuerpos acabará en gemidos que harán vibrar la estancia. En ese preciso momento la  electricidad ya no será nuestro elemento, sólo servirá la química.

Cariño, esos momentos me dan la vida. Mi corazón vive de esos instantes porque son el motor para que los engranajes no se resientan. No me los robes. Sólo te pido que no me los arrebates porque el resultado puede ser fatídico. Esta alegría, este carisma, estas ganas locas de comerme el mundo dependen de ello. Te suplico que me lo prometas, como Romeo le prometió amor eterno a Julieta.




                                                 Fuente: Pinterest 
   

2 comentarios:

  1. muy bonito!!! precioso y enhorabuena por vivirlo!!!

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    1. ¡Gracias! Disfruto mucho escribiendo cosas como esta,y cuando a los demás les gusta... el gozo es máximo. Un saludo

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