El pensamiento mas profundo

lunes, 25 de julio de 2016

¡Échame de menos!

Me creaste ilusión desde el primer momento que te conocí. Me colmaste de elogios y piropos desde el minuto uno. Me hiciste sonreír con cada caricia. Creaste una conexión increíble entre dos personas. Me ilusionaste como a una niña cuando le prometes ir a Disneyland. Me alegraste los días con cada detalle que tenias. La primera caricia me electrocuto. El primer beso me desmayo. Y el primer mordisco me cautivo. 
Soy una mujer llena de ilusiones, de fantasías, de nervios a flor de piel. Soy una mujer con la ilusión corriendo por las venas. 
Creí advertirte de lo fácil que soy para engancharme. Lo sencillo que es atraparme. Lo cómodo que es dejarse llevar , me enamora. Me hace sentirme la protagonista de una novela jamás editada.
Ahora me pregunto...si eras consciente, ¿porque te tomaste la libertad de crearme agobio de la noche a la mañana?¿Donde dejaste mi ilusión?
Era sencillo guardarla bajo llave para luego hacerla desaparecer y no volver a buscarla. Era genial dejar pasar el tiempo y no preguntarse cuantas horas llevábamos acumuladas. Estupendos los días que amanecíamos sin tener un plan determinado, nosotros éramos el plan.
En cambio, eso ha desaparecido en una milésima de segundo, sin poder remediarlo; sin darme una vacuna ante la enfermedad. 
Agobiada por como se encauza nuestra historia. Agobiada porque tu has sacado la palabra agobio a la luz. Agobiada porque no sé si estaba soñando o era real.Agobiada porque si te marchas, no sé como reaccionaré.Agobiada por pensar que tu olor ya no estará en mi ropa. Agobiada por escribir la palabra agobio. 
Llegados a este punto, me tomo un descanso. Unas vacaciones que me servirán para escribir una segunda parte. Un parón para que me eches de menos. Porque eso es lo que mas deseo ahora mismo, que me añores. Necesito que te levantes una mañana, mires el móvil y veas mi foto y sientas la necesidad de verme , hasta el punto de que cojas el coche para buscarme a la otra punta de España. Ese sera el epilogo de la secuela.
 Échame de menos hasta que el corazón te duela. 

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