El pensamiento mas profundo

domingo, 10 de abril de 2016

Sin despedidas y sin vuelta atrás



Fueron tantos los momentos que imagine para los dos. Tantos planes que quería hacer contigo. Y todos me los borraste de mi mente sin ni siquiera decirme adiós.


No hubo despedidas. No hubo lágrimas. Te fuiste y lo único que quedó de ti fue el odio que me obligaste a procesarte. La impotencia de no poder demostrarte quien realmente era yo. Tampoco me diste esa oportunidad.


A día de hoy sólo hay una razón por la que no querría estar de nuevo contigo: por ser un cobarde. Fuiste un cobarde por no ser sincero conmigo. Eres un cobarde por no querer conocerme. Y serás un cobarde por no creer en las historias con final feliz.


No hubo promesas entre nosotros, ni etiquetas que ponernos. Pero aun eso echaste a perder mi compañía, mi cariño, todo ese amor que yo estaba dispuesta a compartir contigo.


Soy consciente de que un solo roce mío no tiene valor alguno, porque es impagable. A pesar de ello, yo quería regalártelo. Un solo beso mío tiene el poder de alegrarte el día, pero tú no querías contagiarte.



No puedo evitar sentir lástima por ti, porque una oportunidad como la que tuvimos no tendrá lugar en un futuro. Por ser cobarde te perdiste una mujer como yo. Por ser cobarde te privaste de la mejor de las compañías. 

Me perdiste y no hay vuelta atrás

No hay comentarios:

Publicar un comentario